Una pequeña exposición y el gran reto de contar 12 historias de complicidad y una de desengaño… Un montaje de pequeño formato que nace con la voluntad de explicar la relación que se entabla entre el soñador que quiere construirse una casa y su instrumento técnico, el arquitecto. Historias llenas de anécdotas que se explican a través de objetos, conversaciones y dibujos construidos a cuatro, seis u ocho manos.
Concebir la casa propia es un viaje maravilloso y difícil, en que la exposición, mediante un eje narrativo lineal para cada historia, explora el papel del arquitecto como traductor de sueños.